Vista de Halcón

Águilas vuelan alto

Cada vez que se aproxima febrero, nos sentimos seguros, optimistas y con todas las fuerzas. Porque llega el mes en que República Dominicana le toca jugar con otros países para ganar.

Nuestro país lleva dieciséis cetros regionales y seis en los últimos 10 años. Eso es lo que se llama amor y pasión al juego.

Amo la pelota y, aunque lo encuentren extraño porque sea mujer, sé todas las reglas del juego y me encanta que mientras otros batean los contrincantes le sigan para que sea más interesante el partido.

Cuando vamos al play llevamos todos nuestros accesorios, trompeta, tambora, güira, y armamos una orquesta imprescindible que hacemos que todo el que esté a nuestro alrededor baile.

En Puerto Rico todo el dominicano se dio a conocer por su algarabía y felicidad que transmitía, porque aunque nuestro país estuviera perdiendo, el fanático estaba para animar a los jugadores, para que tuvieran presente de que el apoyo es vital.

Hay que destacar que Tony Batista, Miguel Tejada, Luis Polonia, entre otros, son estrellas que brillan donde quiera.

Es increíble como Polonia, lesionado, tenga las fuerzas para batear y dar un doble hasta la pared haciendo que todo un estadio salte de la alegría. Cosas así nos llenan de orgullo.

Ahora tenemos que esperar un año más para de nuevo ir a la Serie del Caribe y siete meses para jugar el invernal.

Mientras tanto tenemos seguir hablando de la reelección, el TLC y el DR-CAFTA.

Por Gerlinde Gonzáles